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1 Leí en el periódico que un hombre de setenta años secuestró y mató a un niño de ocho años después de detenerse y pedir direcciones. ¿Por qué hacen eso los hombres? ¿Qué impulsa a alguien a matar? ¿Qué tipo de gratificación podría tener una persona a lo largo de la vida, o incluso a través de las reencarnaciones, que lo lleve a sentir esa necesidad, deseo, o una especie de gozo o desahogo al matar a un niño? ¿Qué logra con eso? ¿Qué intenta probar?
2 FCCS—Estas son preguntas sin respuesta que solo pueden contestarse entendiendo su verdad que lo llevó a actuar de esa manera. No que lo obligara a hacerlo, sino que lo condujo a hacerlo—ya fuera por gozo, frustración, ira, castigo o delirio. Fuera lo que fuese, provenía de una emoción—una expresión. Una necesidad de sentir algo. De sentir una emoción—gozo, ira, frustración. Sea cual sea, era la necesidad de cumplir un impulso emocional—de presenciar su manifestación, de experimentar cómo se siente, cómo se desarrolla y qué consecuencias puedan traer sus actos.
3 Quizás quería que lo atraparan. O escapar. Tal vez era una confrontación con su propia conciencia, a través del miedo o la persecución. Fuera cual fuera su intención, fue una manifestación de lo que, en su mundo interior, debía o podía suceder. ¿Ves?
4 Pero cuando quitas una vida, cargas con esa vida. Quedas entrelazado con ella, sumando su peso a tu propia carga. Se convierte en parte de tu equipaje, algo que tarde o temprano deberás enfrentar en el futuro, futuras vidas, futuros enlaces—ya sea hacia lo que es bueno, o hacia lo que no lo es.
5 Pero entonces surge la pregunta: ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo? Muchas respuestas sobre ese tema ya se han dado, y aún quedan muchas más por venir.
Fin del Transcrito 120830073058